La agencia británica Ofcom acaba de anunciar los resultados de un reciente proyecto de investigación, que sugiere que los jóvenes de 14 a 15 años son el grupo de edad con más conocimientos tecnológicos.

El informe sobre el mercado de las comunicaciones 2014 de Ofcom se basa en una encuesta realizada a casi 2.000 adultos y 800 niños y se diseñó para medir el conocimiento y la confianza en el uso de la tecnología de las comunicaciones. Los resultados se utilizaron para calcular una puntuación de "Cociente Digital", o "DQ", en la que el adulto medio del Reino Unido obtuvo una puntuación de 100. Los jóvenes de 14 a 15 años encabezaron los resultados, con una puntuación media de 113.

La facilidad con la que la inmensa mayoría de los jóvenes adopta las tecnologías digitales no sorprenderá a los educadores, que se enfrentan a las crecientes expectativas de aprendizaje potenciado por la tecnología en el aula. Una nueva generación de estudiantes que ha crecido en una era dominada por las comunicaciones digitales espera cada vez más que los contenidos dinámicos de los medios de comunicación formen una parte fundamental de la experiencia de aprendizaje. Las instituciones se están dando cuenta de que cada vez más estudiantes asumen que la tecnología desempeñará un papel importante en la experiencia de aprendizaje en su escuela, colegio o universidad.

Por supuesto, aunque por término medio los jóvenes tienen una gran conciencia digital, el panorama es mucho más variado en la realidad. Lo que los estudiantes consideran "esencial" o incluso sólo "deseable" en cuanto a la tecnología en el aula depende en gran medida de sus antecedentes y de sus niveles previos de acceso a la tecnología.

Cuando los estudiantes lleguen a la universidad, algunos habrán experimentado una amplia gama de medios digitales en sus entornos de aprendizaje mixto, mientras que otros habrán tenido una exposición mucho más limitada a las tecnologías de aprendizaje. El Comité Conjunto de Sistemas de Información (JISC), con sede en el Reino Unido, ha llevado a cabo su propia investigación sobre las expectativas de los estudiantes respecto a la tecnología para profundizar en estas cuestiones.

En , una entrada de blog en el sitio web del JISC en la que se describe la situación de las instituciones de educación superior, Helen Beetham identifica algunas expectativas casi omnipresentes de los estudiantes respecto a las TIC en la universidad, como el acceso a wifi en todo el campus, la posibilidad de conectar sus propios dispositivos a la red de la universidad y la provisión continua de dispositivos institucionales como ordenadores de sobremesa puestos a disposición de los estudiantes en espacios de aprendizaje compartidos. Más allá de estos factores comunes, está claro que la oferta digital de las instituciones de enseñanza superior debe ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a las diferentes necesidades de una población estudiantil cada vez más diversa.

Sin embargo, uno de los puntos clave que plantea Beetham es que, aunque los estudiantes tienen algunas expectativas en torno a las tecnologías que encontrarán como parte de su experiencia de aprendizaje, no quieren que esas tecnologías se conviertan en un sustituto de la interacción cara a cara con su profesor y su grupo de compañeros. En cambio, quieren que el mundo real y el virtual coexistan armoniosamente. Todo esto está relacionado con la importancia de que los estudiantes sientan que pertenecen a una comunidad de estudiantes distinta.

¿Qué significa todo esto para las instituciones educativas? Significa que las escuelas, los institutos y las universidades tienen que estar a la vanguardia de las tecnologías digitales para poder ofrecer a sus estudiantes acceso a nuevas formas de "pertenencia digital" que irán ganando importancia con el tiempo. Sin embargo, también deben reconocer que las tecnologías emergentes deberán complementar, facilitar o aumentar las interacciones en el mundo real, no sustituirlas.

En Panopto, hemos visto esta tendencia en torno al uso de la captura de conferencias durante varios años. Lo que nuestros clientes han visto es que, lejos de sustituir la clase física (como se suele temer), la grabación de la clase se utiliza para complementar, consolidar y apoyar el aprendizaje que sigue teniendo lugar en la propia sala de clases. Académicos como Steve Bailey, de la Universidad de Kent, han destacado el hecho de que la introducción de la captura de conferencias no hace que los estudiantes dejen de ir a las clases - sigue habiendo un enorme apetito entre los estudiantes por reunirse con sus compañeros para interactuar con un profesor; un apetito que tecnologías como la nuestra no han cambiado.

Más allá de la captura de conferencias, los académicos que utilizan el vídeo para voltear el aula no lo hacen para interactuar menos con los estudiantes, sino para poder interactuar de maneras más significativas y hacer que su tiempo de contacto realmente cuente. Todo esto respalda la idea de que, si bien la tecnología desempeña un papel cada vez más vital en el aprendizaje de los estudiantes, por sí sola nunca abarcará toda la experiencia de aprendizaje. La tecnología simplemente está mejorando y refinando el proceso de enseñanza y aprendizaje; esto es evolución, no revolución.

Los estudiantes no sólo esperan la tecnología en el aula, sino también en sus tareas. A continuación se muestra una presentación de un alumno de un curso de gestión de datos grabada por el alumno con Panopto:

 

 

 

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